Estrategias para recuperar el perfil lector de la capital
Según este estudio realizado a mil 200 habitantes del Distrito Federal, el 62% de los consultados lee más de tres libros al año; e incluso las mujeres reportaron leer más de seis libros al año y el 12% de ellas dijo leer 11 libros al año.
Déborah Chenillo Alazraki, coordinadora de Vinculación Cultural Comunitaria de esa dependencia, asegura que a lo largo de los años y las administraciones ha habido muchísimas experiencias exitosas que habría que recuperar y en algunos casos quizás actualizar o reinventar.
“Ha habido programas con públicos específicos como el programa que se llevó a cabo con los bomberos, con el Instituto de Formación de policías, con mujeres en situación de violencia; ha habido muchos programas a lo largo de los años que han demostrados ser eficaces y que es nuestra responsabilidad darle continuidad, y en dado caso aportarle a esos programas, más que replantear e inventar el hilo negro, quizás aportarle a las experiencias exitosas que ya ha habido en la Secretaría de Cultura”, señala Chenillo Alazraki.
En ese primer diagnóstico que le confirmó que muchos programas murieron en el camino, encontraron que es fundamental recuperar la red de libroclubs de la ciudad de México, pues es una de las estrategias sustantivas en cuanto al fomento a la lectura ya que son ejemplo de cómo una iniciativa institucional al convertirse en ciudadanía no solamente hace que los espacios sobrevivan sino que incluso se fortalezcan y crezcan.
“La red de libroclubs es fundamental, hay que recuperarla y volver a entablar el diálogo con los actores, volver a discutir problemáticas de dónde estamos y qué diferencias encontramos en este momento frente al tiempo en que se fundaron en la ciudad de México. Nos enfrentaremos a grandes retos, en especial a la actualización de acervos, ese es un gran reto de la Secretaría; el otro gran reto es vincular a todas estas iniciativas de fomento a la lectura desde la institución con otras iniciativas de fomento a la lectura que son muy importantes en la ciudad de México”, asegura la promotora cultural.
De ahí que a más tardar a finales de junio se han impuesto como meta realizar un encuentro de la Secretaría de Cultura con todos los coordinadores de los casi 400 libroclubs vivos, pero también están en el proceso de recuperación de otras iniciativas que tenían que ver con públicos específicos.
“Espero que a finales de junio, a más tardar, ya empecemos otra vez a trabajar con los bomberos, con ciertas poblaciones con las que actualmente ya no se trabajaba”, señala la funcionaria, quien asegura que entre los programas que habrán de recuperar están: “Letras en llamas”.
“También hemos tenido una petición expresa de Seguridad Pública de recuperar “Letras en guardia”; también hay iniciativas que se han estado estableciendo en el Metro, como “Un metro de lectura” que es una iniciativa de este año pero que también se puede vincular con un programa que ya existía, “Para leer de boleto en el Metro”, y también la presencia en espacios de lectura algunas ferias o eventos institucionales”, reconoce Chenillo Alazraki.
Recuperar programas de fomento a la lectura que ya demostraron su eficacia y emprender nuevos proyectos como “Un metro de lectura” no será fácil, pues requerirá el reencuentro con coordinadores y promotores de la lectura, actualización de acervos, edición de nuevos materiales como antologías dirigidas a públicos específicos, y para todo eso recursos.
Chenillo Alazraki asegura que en este momento y para lo que resta del año están destinando para “varios programas alrededor de 4.5 millones de pesos”, pero saben que “son insuficientes”, por lo que “estamos realizando ciertas gestiones interinstitucionales para poder lograr que la falta de presupuesto no se convierta en falta de actividades. Esperaría que a lo largo de este año, independientemente del presupuesto con que cuenta la Secretaria de cultura, se hagan más actividades”, afirma.
A esos programas que se recuperarán, se ha sumado desde hace tres meses “Un metro de lectura” que es la primera iniciativa de la actual administración en materia de fomento a la lectura y que consiste en regalar un millón de ejemplare de cinco breves títulos, que miden un metro de largo por 12 de ancho en forma de acordeón, de cinco poetas emblemáticos: Juan Gelman, José Emilio Pacheco, Rafael Alberti, Alfonsina Storni y César Vallejo, que se repartirán escalonadamente en lo que resta del año, principalmente en estaciones del Sistema de Transporte Colectivo Metro.
Esto sin olvidar las acciones de fomento a la lectura que se hacen a través del Gran Remate de Libros en el Auditorio Nacional y la Feria Internacional del Libro del Zócalo de la Ciudad de México, ésta última prevista como cada año en el mes de octubre.
Todos los programas de fomento a la lectura que emprendan serán para mantener al Distrito Federal como la ciudad con más trabajo en el fomento de la lectura y el libro de todo el país.
Recuperar, más que inventar el hilo negro
Luego de un primer diagnóstico que confirma que de los mil 500 librosclubs abiertos hace 12 años hoy sólo sobreviven cerca de 400, la Secretaría de Cultural del DF ha determinado su plan de trabajo para los próximos meses en materia de fomento a la lectura. Ha decido que el primer gran esfuerzo lo tiene que dar en la reconstitución de la red de libroclubs en la ciudad de México.Déborah Chenillo Alazraki, coordinadora de Vinculación Cultural Comunitaria de esa dependencia, asegura que a lo largo de los años y las administraciones ha habido muchísimas experiencias exitosas que habría que recuperar y en algunos casos quizás actualizar o reinventar.
“Ha habido programas con públicos específicos como el programa que se llevó a cabo con los bomberos, con el Instituto de Formación de policías, con mujeres en situación de violencia; ha habido muchos programas a lo largo de los años que han demostrados ser eficaces y que es nuestra responsabilidad darle continuidad, y en dado caso aportarle a esos programas, más que replantear e inventar el hilo negro, quizás aportarle a las experiencias exitosas que ya ha habido en la Secretaría de Cultura”, señala Chenillo Alazraki.
En ese primer diagnóstico que le confirmó que muchos programas murieron en el camino, encontraron que es fundamental recuperar la red de libroclubs de la ciudad de México, pues es una de las estrategias sustantivas en cuanto al fomento a la lectura ya que son ejemplo de cómo una iniciativa institucional al convertirse en ciudadanía no solamente hace que los espacios sobrevivan sino que incluso se fortalezcan y crezcan.
“La red de libroclubs es fundamental, hay que recuperarla y volver a entablar el diálogo con los actores, volver a discutir problemáticas de dónde estamos y qué diferencias encontramos en este momento frente al tiempo en que se fundaron en la ciudad de México. Nos enfrentaremos a grandes retos, en especial a la actualización de acervos, ese es un gran reto de la Secretaría; el otro gran reto es vincular a todas estas iniciativas de fomento a la lectura desde la institución con otras iniciativas de fomento a la lectura que son muy importantes en la ciudad de México”, asegura la promotora cultural.
De ahí que a más tardar a finales de junio se han impuesto como meta realizar un encuentro de la Secretaría de Cultura con todos los coordinadores de los casi 400 libroclubs vivos, pero también están en el proceso de recuperación de otras iniciativas que tenían que ver con públicos específicos.
“Espero que a finales de junio, a más tardar, ya empecemos otra vez a trabajar con los bomberos, con ciertas poblaciones con las que actualmente ya no se trabajaba”, señala la funcionaria, quien asegura que entre los programas que habrán de recuperar están: “Letras en llamas”.
“También hemos tenido una petición expresa de Seguridad Pública de recuperar “Letras en guardia”; también hay iniciativas que se han estado estableciendo en el Metro, como “Un metro de lectura” que es una iniciativa de este año pero que también se puede vincular con un programa que ya existía, “Para leer de boleto en el Metro”, y también la presencia en espacios de lectura algunas ferias o eventos institucionales”, reconoce Chenillo Alazraki.
Recuperar programas de fomento a la lectura que ya demostraron su eficacia y emprender nuevos proyectos como “Un metro de lectura” no será fácil, pues requerirá el reencuentro con coordinadores y promotores de la lectura, actualización de acervos, edición de nuevos materiales como antologías dirigidas a públicos específicos, y para todo eso recursos.
Chenillo Alazraki asegura que en este momento y para lo que resta del año están destinando para “varios programas alrededor de 4.5 millones de pesos”, pero saben que “son insuficientes”, por lo que “estamos realizando ciertas gestiones interinstitucionales para poder lograr que la falta de presupuesto no se convierta en falta de actividades. Esperaría que a lo largo de este año, independientemente del presupuesto con que cuenta la Secretaria de cultura, se hagan más actividades”, afirma.
A esos programas que se recuperarán, se ha sumado desde hace tres meses “Un metro de lectura” que es la primera iniciativa de la actual administración en materia de fomento a la lectura y que consiste en regalar un millón de ejemplare de cinco breves títulos, que miden un metro de largo por 12 de ancho en forma de acordeón, de cinco poetas emblemáticos: Juan Gelman, José Emilio Pacheco, Rafael Alberti, Alfonsina Storni y César Vallejo, que se repartirán escalonadamente en lo que resta del año, principalmente en estaciones del Sistema de Transporte Colectivo Metro.
Esto sin olvidar las acciones de fomento a la lectura que se hacen a través del Gran Remate de Libros en el Auditorio Nacional y la Feria Internacional del Libro del Zócalo de la Ciudad de México, ésta última prevista como cada año en el mes de octubre.
Todos los programas de fomento a la lectura que emprendan serán para mantener al Distrito Federal como la ciudad con más trabajo en el fomento de la lectura y el libro de todo el país.
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